Una vez que te han dado la noticia de la invitación a dar esa charla, con la que quizá se abran las puertas para muchas más, seguramente te entraron los nervios. Lo importante es tranquilizarte, para que puedas hacer las preguntas correctas. La primera es aclarar qué esperan de ti.
*Asegúrate de tener claro lo que esperan de ti: Por los nervios es común que nos ofusquemos y entendamos cosas que no. ¿Qué quieren que abordes exactamente?, es una pregunta esencial para no perder tiempo preparando algo que no querían y al final tanto tú como quien te invitó queden mal. Algunas personas no nos conocen muy bien y se guían por lo que han escuchado, y tal vez creen que conoces algún tema y resulta que no. Si ese es el caso, ten la honestidad de aclarar lo que es tu área de desarrollo y lo que no, pero no desaproveches la oportunidad: plantéales otra forma de abordarlo con respecto a lo que sí dominas.
También pregunta cuál es el objetivo de la charla, conferencia o exposición, para que te des una idea de la forma de darla.
*Pregunta todas tus dudas: Otro punto esencial es averiguar con cuánto tiempo cuentas, si habrá ronda de dudas y respuestas, cuál será la magnitud de tu auditorio, con qué perfil cuenta éste, qué apoyos tecnológicos y logístico te brindarán.
Con esta información podrás planear tu discurso. Determinar cuánto tiempo le dedicas a cada punto que tocarás, dando un margen para retrasos o adelantos, te ayudará mucho a tener control de la situación. Además hay que respetar el tiempo de los demás. Aunque seas muy buena para hablar y cautives a la primera, la gente se rige por sus propios tiempos y responsabilidad, y siempre habrá quien no pueda dedicarte más tiempo del programado. No hay nada peor que se retiren cuando aún no has concluido y dado tu mensaje de cierre.
Si conoces de antemano cuánta gente se prevé estará presente, podrás evitar que te dé pánico escénico cuando veas que son muchas personas. Y si también sabes el perfil de tu auditorio, tendrás la oportunidad de preparar el nivel no sólo de la información, sino del lenguaje que utilizarás. No se trata igual a todos los auditorios, pues edad, profesión, sexo y razones de asistir a tu charla cuentan mucho.
Asegúrate de saber qué apoyo logístico tendrás, para que puedas aprovecharlo al máximo. Ya es muy común que, mínimo, te ofrezcan pantalla y proyector desde una computadora. Por lo tanto, mínimo también prepara una buena presentación en power point. Si es una plática ante tus colegas, en una junta de trabajo o frente a un auditorio pequeño, también sería prudente que prepararas y entregaras carpetas de trabajo para cada persona.
Lo importante es que no te quedes con ninguna duda. Pregunta, siempre pregunta lo que no te quede claro. Te ahorrarás dolores de cabeza por imprevistos que pudieron ser prevenibles.