sábado, 23 de agosto de 2008

Control sobre una misma

No hay ago más molesto que tener una compañera, o una jefa, que no sabe controlar sus emociones y explota por cualquier cosa que sale de su control; dándose a conocer como una mujer voluble.

¿Te suena conocido el caso? Es muy común y prácticamente se ha asociado ese comportamiento-reacción con las mujeres. ¿O no has oído decir que las mujeres son viscerales y los hombres racionales? Bueno, pues con cada respuesta histérica, explosiva o de llanto no hacemos más que confirmar la hipótesis.

Tenemos que trabajar para aprender a controlarnos. Saber mantener la calma y la templanza aunque nos lleven la contraria; aunque nos miren con envidia, coraje o lástima; aunque nos levanten la voz o nos ofendan. Templanza siempre, porque con ella podremos tomar decisiones conscientes y acertadas. A los hombres les conmueve ver llorar a las mujeres y les gusta sentir la necesidad de protegerlas. Pero cuando se trata de resolver un problema de área, o cumplir un pendiente laboral con eficacia y eficiencia, prefieren a las mujeres que saben lo que tienen que hacer y no pierden el control por nimiedades.

¿Te has sorprendido a ti misma gritando a compañeros, jefes, colegas, subordinados, porque te han hecho enojar o no tienes más argumentos para convencer y mejor quieres imponerte a gritos? ¿Crees que pelear y gritar es muestra de poder y carácter? Cuidado. Quizá te funcione un par de veces. Después se te volverá en contra. No te pierdas la siguiente entrega, en la que encontrarás cómo aprender ese control sobre ti misma.

No hay comentarios: