domingo, 19 de abril de 2009

Hablar en público III


Bien. Ya tienes claro lo que esperan de ti y resolviste todas tus dudas. Ahora tienes que investigar tu tema, aunque ya lo conozcas o, incluso, lo domines. Siempre hay algo nuevo que puedes aportar.

*Investiga tu tema: A lo que ya sabes, conoces y dominas, agrégale un plus. Nunca consideres que ya lo sabes todo o que nadie conoce mejor el tema que tú. Aunque tú seas la experta, no caigas en la autosuficiencia y soberbia. No te hará daño investigar y recabar datos actuales, anécdotas hasta frases célebres que apoyen tu discurso. ¿Qué tal recorrer bibliotecas -físicas o digitales-; diarios o revistas, fuentes del gobierno, o servicios en internet? Claro que antes ya debiste darle un repaso a libros, enciclopedias, apuntes, etc...

Tampoco caigas en el polo opuesto. No seas tan insegura que te llenes la cabeza con la idea de que todo mundo sabrá más que tú, y entonces quieras agotar el tema investigando de principio a fin el tema. Primero, se supone que ya preguntaste el alcance y límites que esperan de tu exposición y debes abocarte a ello, y segundo, perderás mucho tiempo en la investigación, tiempo que necesitarás para otros pasos también importantes.

No olvides anotar el nombre del autor, título del libro, revista y artículo, o su dirección de internet y la cita específica. Citar las fuentes en voz alta te dará credibilidad y parafrasear citas breves da más impacto a tu discurso. Elabora tarjetas con los datos para que las tengas a la mano cuando las necesites.

Una vez que lo tengas todo, pregúntate: ¿la información es pertinente para el punto, el auditorio y el objetivo? ¿La información confirma el punto? ¿La información es oportuna, vigente? Cualquier respuesta que honestamente te arroje un "no" tómala para hacer las modificaciones necesarias.

¿Cómo vas? No te pierdas el cuarto punto: "Decide qué tipo de discurso utilizarás".

domingo, 5 de abril de 2009

Hablar en público II

Una vez que te han dado la noticia de la invitación a dar esa charla, con la que quizá se abran las puertas para muchas más, seguramente te entraron los nervios. Lo importante es tranquilizarte, para que puedas hacer las preguntas correctas. La primera es aclarar qué esperan de ti.

*Asegúrate de tener claro lo que esperan de ti: Por los nervios es común que nos ofusquemos y entendamos cosas que no. ¿Qué quieren que abordes exactamente?, es una pregunta esencial para no perder tiempo preparando algo que no querían y al final tanto tú como quien te invitó queden mal. Algunas personas no nos conocen muy bien y se guían por lo que han escuchado, y tal vez creen que conoces algún tema y resulta que no. Si ese es el caso, ten la honestidad de aclarar lo que es tu área de desarrollo y lo que no, pero no desaproveches la oportunidad: plantéales otra forma de abordarlo con respecto a lo que sí dominas.

También pregunta cuál es el objetivo de la charla, conferencia o exposición, para que te des una idea de la forma de darla.

*Pregunta todas tus dudas: Otro punto esencial es averiguar con cuánto tiempo cuentas, si habrá ronda de dudas y respuestas, cuál será la magnitud de tu auditorio, con qué perfil cuenta éste, qué apoyos tecnológicos y logístico te brindarán.

Con esta información podrás planear tu discurso. Determinar cuánto tiempo le dedicas a cada punto que tocarás, dando un margen para retrasos o adelantos, te ayudará mucho a tener control de la situación. Además hay que respetar el tiempo de los demás. Aunque seas muy buena para hablar y cautives a la primera, la gente se rige por sus propios tiempos y responsabilidad, y siempre habrá quien no pueda dedicarte más tiempo del programado. No hay nada peor que se retiren cuando aún no has concluido y dado tu mensaje de cierre.

Si conoces de antemano cuánta gente se prevé estará presente, podrás evitar que te dé pánico escénico cuando veas que son muchas personas. Y si también sabes el perfil de tu auditorio, tendrás la oportunidad de preparar el nivel no sólo de la información, sino del lenguaje que utilizarás. No se trata igual a todos los auditorios, pues edad, profesión, sexo y razones de asistir a tu charla cuentan mucho.

Asegúrate de saber qué apoyo logístico tendrás, para que puedas aprovecharlo al máximo. Ya es muy común que, mínimo, te ofrezcan pantalla y proyector desde una computadora. Por lo tanto, mínimo también prepara una buena presentación en power point. Si es una plática ante tus colegas, en una junta de trabajo o frente a un auditorio pequeño, también sería prudente que prepararas y entregaras carpetas de trabajo para cada persona.

Lo importante es que no te quedes con ninguna duda. Pregunta, siempre pregunta lo que no te quede claro. Te ahorrarás dolores de cabeza por imprevistos que pudieron ser prevenibles.

domingo, 8 de marzo de 2009

Los logros son para disfrutarlos

La mayoría de las personas -sobre todo las mujeres porque nos inculcaron que la culpa era un sentimiento inherente a nuestra condición de mujer- suele sabotear sus propios logros.

Una vez logrado un objetivo, sienten lo que en psicología se llama "el fenómeno del impostor": inmediatamente nuestra mente responde con ideas como: "Fue sólo suerte", "pura casualidad", "fue gracias a fulana o fulano", "jamás me imaginé que lo lograría", "ni yo me lo creo", "me hicieron el favor", "es que soy amiga o familiar de perengano o perengana" y un largo etcétera. El asunto es que sentimos que no merecemos el triunfo. En lugar de reconocer que tenemos la capacidad, la habilidad, que nos esforzamos y trabajamos para que el asunto se concretara, resulta que nos minimizamos y decimos que todo es obra de la suerte.

No debemos posponer la aceptación personal, porque al no reconocernos provocamos que se debilite nuestra confianza y surge el miedo a equivocarnos, al ridículo, al fracaso, y perdemos la satisfacción de iniciar nuevos proyectos.

Debemos, como mujeres en cambio, reconocer nuestros esfuerzos cotidianos y los mayores. Reconocer triunfos no es sinónimo de ego ni vanidad, sino de salud mental.

Una frase de Wilfred Peterson para finalizar:

Pensar en grande antecede a los grandes logros.

Feliz Día Mundial de la Mujer

domingo, 1 de marzo de 2009

Hablar en público I


Situación hipotética: Te han invitado a dar una charla, quizá una conferencia, tal vez una sesión de dos horas en algún diplomado o seminario, o simplemente tienes que explicarles un proyecto a los nuevos directivos, jefes o clientes de tu compañía.

Te mueres de miedo. Dices que aceptas pero te sudan las manos y no sabes ni cómo le harás. Te dan tres días, a lo mucho una semana para preparar tu exposición. ¿Recuerdas cuando en la secundaria o preparatoria tenías que exponer con tu equipo ante el grupo?

Toma lápiz y papel, o anota esto en tu notepad, tu notebook, tu blackberry o donde quieras. Son los pasos para prepararte, y que después explicaremos cada uno:

1.-Asegúrate de tener claro lo que esperan de ti.
2.-Pregunta todas tus dudas: Tiempo, número y tipo de personas que asistirán, qué apoyo audiovisual tendrás, etc.
3.-Investiga tu tema.
4.-Decide qué tipo de discurso utilizarás.
5.-Organiza tu discurso.
6.-Define tu estio verbal.
7.-Define tu estilo físico.
8.-Tips.
9.-Practica.
10.-Prepárate mentalmente.

jueves, 12 de febrero de 2009

Hablar en público

De pequeñas, sobre todo a las mujeres que tenemos más de 35 años, nos enseñaban a quedarnos calladitas. Nos decían que las mujeres nos veíamos más bonitas así, en silencio, porque cuando abríamos la boca era para decir tonterías. Nos llenaron la cabeza y el alma de la idea misógina de que no era nuestra misión en este mundo el hablar ni debatir; de hecho nos convencían de que no podíamos "ni pensar".

Ahora hay una generación diferente, afortunadamente. Pero aún así, precisamente por estos siglos de esta forma de "educación", hemos tenido que aprender a desarrollar la habilidad de hablar en público para evitar ser presas del pánico.

No te pierdas la serie de posts sobre este tema. Estamos seguras que te será muy útil.